Es
una
sustancia
muy
acidificante
ya
que
está
desprovista
de
minerales,
vitaminas,
fibra,
agua,
oligoelementos,
etc.
quedando
sólo
la
sacarosa
(glucosa
+
fructosa)
durante
los
diferentes
procesos
a
los
que
se
somete
a
la
remolacha
o
a
la
caña
de
azúcar.
Queda
una
sustancia
químicamente
pura
que
produce
una
destrucción
de
álcalis
al
ingresar
en
nuestro
organismo,
a
diferencia
de
los
azúcares
procedentes
de
hortalizas
y
frutas
que
nos
alcalinizan
el
organismo al contener todos sus enzimas, vitaminas, minerales, etc.
Nos
va
a
modificar
nuestra
energía
orgánica
ya
que
es
un
alimento
expansivo
que
consumido
en
poca
cantidad
va
a
dispersar
el
calor,
hace
que
los
tejidos
sean
más
distendidos
y
debilitados
y
disminuye
la
contracción
muscular
mientras
que
tomada
en
amplia
cantidad
hace
que
los
tejidos
se
muestren
más
rígidos,
duros,
carentes
de
elasticidad,
contracturados.
Ello
provoca
una
afectación
sobre
todo
a
nivel
de
órganos
huecos
como
el
intestino
delgado
y
grueso,
estómago,
etc.
También
al
consumirlos
en
exceso
aparte
de
dejarnos
sin
energía
y
con
sensación
de fatiga nos provoca un estado depresivo.
Tras
ingerirlo
debe
ser
metabolizado
y
se
producirán
residuos
ácidos
al
no
haber
sustancias
alcalinas
en
su
composición, por lo que son neutralizados por nuestras sales minerales sobre todo procedentes de los huesos.
Esa
acidificación
que
provoca
nos
conducirá
aparte
de
los
síntomas
anteriormente
vistos
a
tener
una
mayor
propensión
a
procesos
infecciosos
en
general
(resfriados,
amigdalitis,
etc.)
y
a
padecer
osteoporosis,
insomnio,
contracturas musculares, algias diversas, caries, alteraciones dérmicas, etc.
No
somos
pues
conscientes
de
los
peligros
que
un
consumo
aumentado
de
azúcar
nos
va
a
producir
ya
que
abusamos
del
mismo
diariamente
al
incorporarlo
a
la
leche,
con
lo
cual
acidificamos
aún
más
el
organismo,
y
al
ingerirlo en los más variados alimentos (zumos, chocolate, embutidos, pasteles, galletes, cereales, refrescos, etc.).
Hay una serie de trastornos que nos provoca el azúcar:
•
Incremento del riesgo de procesos infecciosos
Al
ingerir
azúcar
se
aumenta
la
producción
de
insulina
y
se
deprime
la
liberación
de
las
hormonas
del
crecimiento
lo
cual
lleva
consigo
una
disminución
de
la
inmunidad.
En
diversos
estudios
se
ha
visto
que
va
a
disminuir
la
respuesta
de
los
glóbulos
blancos
favoreciéndose
la
infección
por
lo
que
la
eliminación
de
su
consumo
conlleva
una
desaparición
o
disminución
en
la
frecuencia
de
las
infecciones
recidivantes
por
levaduras
(como
por
ejemplo,
candidiasis), parásitos, bacterias (por ejemplo, amigdalitis) y hongos.
•
Alteración en la glucemia y consecuencias psicofísicas
Se
va
a
generar
una
situación
de
agitación
psicofísica
por
la
hiperglucemia
que
produce
al
absorberse
muy
deprisa,
y
a
continuación
aparece
agotamiento
físico
y
depresión
mental
por
la
hipoglucemia
que
aparece.
Estos
procesos
se
suele
ver
en
numerosas
personas
que
toman
muchos
azúcares
y
productos
refinados
para
desayunar,
inicialmente
por
la
hiperglucemia
se
encuentran
bien
pero
más
tarde
presentan
agotamiento
y
vuelven
a
ingerir
más
azúcares
para
recuperarse
y
así
sucesivamente
hasta
que
su
páncreas
se
ve
afectado.
Al
final
padecerán
diabetes y agotamiento nervioso que les hará estar más cansados, iracundos, y agresivos.
•
Desmineralización
Al
tomar
mucho
azúcar
su
metabolización
generará
ácidos
que
serán
neutralizados
por
las
sales
minerales
de
otros
alimentos
que
tomemos
junto
al
azúcar
o
bien
por
minerales
como
el
calcio
que
sale
de
otros
tejidos
del
cuerpo
como
los
huesos
y
se
origina
una
elevación
en
la
eliminación
del
calcio
por
la
orina.
Los
huesos
al
ir
perdiendo
minerales se debilitan y se va produciendo la osteoporosis.
Debemos
tener
presente
que
al
ingerir
azúcar
o
harinas
refinadas
eliminamos
calcio,
hierro,
vitaminas
del
complejo
B, fósforo y otros componentes que salen de nuestras reservas orgánicas.
•
Fomenta los procesos cardiovasculares
Se
produce
un
incremento
de
los
triglicéridos,
colesterol
y
peso
corporal
al
almacenarse
como
grasa
corporal
las
calorías sobrantes de los azúcares y alimentos que los tengan.
•
Otros
Falta
de
concentración,
ansiedad,
comportamientos
delictivos,
depresión,
trastornos
psicológicos,
diabetes,
obesidad, dermatitis seborreica, etc.
Si
prescindimos
completamente
de
esa
droga
entraremos
en
una
crisis
depurativa
que
se
manifestará
durante
varios
días
con
irritabilidad,
insomnio,
cefalea,
cansancio,
debilidad,
apatía,
taquicardias,
depresión,
intranquilidad
general,
etc.
Es
muy
importante
que
cuando
lo
dejemos
no
lo
sustituyamos
por
otros
endulzantes
como
el
aspartamo
o
la
sacarina
ya
que
no
los
precisamos
y
producen
en
nuestro
cuerpo
consecuencias
perjudiciales
y
cáncer.
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